El pueblo se extiende ancho y bajo por la orilla del río Ebro. Tanto si se llega desde Amposta o desde el puente Lo Passador, la calle Mayor lo atraviesa de norte a sur. Esta calle hace apenas cincuenta años era de tierra polvorienta y estaba rodeada de casas con tejados y puertas pequeñas. Hoy es el eje principal de la población, donde se reúnen la mayoría de tiendas y restaurantes. Es la calle de la iglesia, donde se celebran la fiestas, las procesiones en Semana Santa y las carrozas de Carnaval … Sant Jaume tiene cerca de 3.600 habitantes, el río lame sus huertas y está rodeado de arrozales. Las playas no distan más de diez minutos de la población, playas de grandes arenales y aguas tranquilas, mediterráneas, que los pájaros pisan de madrugada y las risas y carreras de los niños y niñas el resto del día; de noche es patrimonio de los cangrejos y de la luna.
Centro de Interpretación de Les Barraques. Si se quiere conocer cómo vivían los habitantes del Delta hace más de cincuenta años, hay que visitar este centro donde se explica cómo eran y qué uso tenían estas construcciones rurales y tradicionales de esta tierra.
Fiestas Mayores. Se celebran por Sant Jaume, claro. Durante una semana el pueblo cambia totalmente. Animación, gente en la calle y mucha fiesta. Se monta una plaza de toros en las afueras, aunque también se pueden ver «corrrebous» por las calles principales. Desfiles de carrozas y bailes de noche son parte del programa de fiestas.
El río. Sant Jaume celebra la fiesta «Som Riu» coincidiendo con el aniversario de la inauguración de Lo Passador a principios de octubre con puestos de artesanía y productos gastronómicos, demostraciones de remo y música. Del embarcadero zarpan las embarcaciones hacia la desembocadura, un interesante paseo para descubrir la vegetación de la ribera y sentir la navegación por las aguas tranquilas del Ebro. También se practican deportes náuticos.
Paseo Fluvial. Desde Amposta hasta la isla de Buda, es un sendero bien señalizado y muy agradable para recorrer a pie o en bicicleta. El tramo entre Sant Jaume y Buda tiene 8,7 kilómetros. El camino comienza sobre pista asfaltada y los últimos 7 kilómetros son por pista de tierra. Hay bancos, alguna zona de picnic, así como paneles informativos sobre la fauna y la flora de la zona. Al llegar a la isla de Buda se debe volver atrás.
Comer en Sant Jaume. La gastronomía del Delta destaca por su calidad y variedad. Los arroces, los platos a base de pescado, mariscos y caza son espectaculares gracias a la materia prima pero también a la tradición culinaria de estas tierras. Puede probar esta cocina excelente en varios restaurantes del municipio. Consulte toda la información en enjoyingdelta.com
Tiendas. En el pueblo se puede comprar de todo: hortalizas, verduras, pescado fresquísmo, dulces tradicionales, arroz y otros productos autóctonos.
Las playas. La Platjola, el Serrallo y Mitjorn son las tres playas del municipio de Sant Jaume. Las dos primeras no tienen ningún servicio, son salvajes y solitarias, la de Migjorn tiene un chiringuito y está situada cerca de la desembocadura, frente a la isla de Buda.
La Isla de Buda. Pertenece al municipio de Sant Jaume. Tiene más de mil hectáreas de superficie y unos cinco kilómetros de longitud. Es la isla más grande de Cataluña. Su entrada es restringida para preservar su riqueza natural.
Sant Jaume fue territorio de Tortosa, como lo era todo el Delta del Ebro, hasta el año 1978, que se consiguió la segregación. Lo celebran cada año por San Juan con bailes y toros. Dentro del término municipal de Sany Jaume estaba el antiguo puerto de Tortosa llamado Port Fangós (puerto enbarrado) que quedó inutilizado a mediados del siglo XIV debido al barro que se acumuló y el hizo impracticable.
El pueblo dispone de todos los servicios necesarios.